martes, 23 de abril de 2013

Las rubias de Telva están muy buenas


Hace un par de semanas fue la inauguración de la nueva tienda de Emporio Armani en Madrid y puedo aseguraros que everybody in da house estaba allí, se nota que el señor Armani es un peso pesado. Entre el sinfín de caras conocidas cabía destacar sobre todo a las súper chicas de Telva: Julia Martínez, Gabriela Bilbao y Maite Sebastiá. La revista puede estar tranquila de la representación que tienen, siempre simpáticas, siempre sonrientes y con una imagen que ni las trillizas de Julio Iglesias.


Por mi parte me entrego al egoblogerismo encubierto para enseñaros piezas mezcladas de la colección de invierno con la de verano, es decir, para haceros un lío de los buenos. El top es del verano, el smoking con las solapas de flores y bordadas de invierno. Lío.

¿Cómo lo veis? ¿El negro sigue siendo el rey?

viernes, 19 de abril de 2013

Azul marino y dorado



Abrigo vestido de la nueva colección, "Mínimo común múltiplo". Se trata de una colección más sencilla (dentro de lo que viene siendo en mi cabeza algo sencillo) que la anterior, un "back to basics", limpiar, refrescar, aligerar...una interpretación propia del minimalismo, es decir, un minimalismo imposible porque a nada que me descuido salpico de oro y plata.

Que tengáis un fin de semana refrescante.

Fotografía: Josephine Douet
Estilismo: Ángela Casbas
Maquillaje: Paula Soroa
Modelo: Kelsey Warman
I love you girls

miércoles, 17 de abril de 2013

Si tienes un flequillo, tienes un problema


El momento en el que te encuentras frente al espejo del cuarto de baño y decides que vas a cortarte el flequillo tú misma es uno de esos momentos dramáticos que inexplicablemente se repiten de forma periódica en la vida de casi toda mujer (aquellas que vivís sin visera peluda…os envidio). Imagino que debe ser comparable al momento en el que decides tener otro hijo, “el velo de la virgen”, como lo llaman en Venezuela, cae sobre tu memoria y ya no te acuerdas de las noches en vela ni de los dolores de espalda, lo piensas y llegas a la conclusión de que “tampoco fue para tanto” y antes de que te des cuenta, zas, te has hecho OTRA VEZ un trasquilón de dos dedos por encima de la frente que te hacen rodar dos lágrimas amargas de rabia. Pues eso hice yo ayer, lo del flequillo, claro, lo del hijo déjate.


Las fotos no tienen nada que ver con el texto, no tenía con qué ilustralo y he preferido decorarlo con imágenes captadas por las calles de San Francisco
Me envalentoné, me crecí y a punto estuve hasta de hacerlo con las tijeras de cortar tela, con las que 
os aseguro se podría hasta deshollinar un becerro. Por suerte, en el último momento pudo conmigo la pulcritud de no consentir que esas tijeras corten NADA que no sea tela y cogí unas más pequeñas, menos mal, si no ahora mismo podría estar emitiendo el mismo sonido que Darth Vader al respirar a través de mi flamante tercer orificio nasal. El caso es que me corté el flequillo y obviamente y como ya sabía de antemano, pero por algún motivo prefería olvidar, me ha quedado fatal; así que tendré que ir a la peluquería y ahí amigos es donde me entran las dudas existenciales.

Hace cuatro cortes de pelo encontré la peluquería de mi vida, el sitio es cutre a morir y, cuando digo cutre, no me refiero a que te lave el pelo una ayudante que parece salida de Mordor Shore (esas son legión), me refiero a que, mientras estás sentada en manos de semejante, te llegan los efluvios de una papelera para todo que hay cerca donde se mezcla amoníamo, con ceniza, con algo en descomposición, por lo que tienes aguantar la respiración hasta que te pasan a la silla. ¿Y por qué voy? Porque la primera vez que entré por casualidad me hizo EL corte de pelo de mi vida, me leyó la mente, entró en mi cerebro, leyó mis debilidades, proyectó mis sueños en sus manos y salí de allí pareciendo Freja Beha después de un día de yatching en Turk and Caicos. Con esa premisa las siguientes veces fui golpeándome el trasero con los talones de felicidad en el camino pensando en mi inminente transformación propia de “Tu cara me suena”, pero no fue igual, parecido, sí, igual no. Y no sé qué hacer, si volver y darle otra oportunidad más o buscarme un novio nuevo.

Mantel con ojos, San Francisco
 Como al final de toda relación, si le dejo creo que va a ser porque el problema lo tengo yo, no él, no sé qué hacerme en el pelo, nena. Siento una profunda tentación de hacerme un Natalie V de Vendetta Portman pero tengo un bulto en la pared occipital que me hace temer que voy a acabar pareciendo más bien una Britney American Psycho Spears. ¿Me hago un corte bien corto y a la mierda hombre ya con tanta tontería? En tal caso, ¿pruebo con mi ex de Mordor o busco un nuevo chico hipster? ¿Cuántas oportunidades de meter la pata le dais a vuestro peluquero hasta que lo cambiáis por otro? ¿Debo dejar de ser tan fan de las peluquerías cutres e invertir en una pro? ¿Merece la pena o el resultado al final es el mismo? Qué digo, para qué pregunto, lo mismo, ya os lo digo yo, que cuando acabé la carrera fui a la peluquería más pro de Madrid buscando con Carrie Bradshaw hairdo y salí clavada a Karmele Marchante. Eso ya os lo había contado, se me olvidan las cosas, por eso me corto el flequillo yo sola.

martes, 9 de abril de 2013

Apología del champagne


A veces puede parecer que hago apología del consumo de champagne, así es amigos, así es, pero no porque crea que haya que consumir alcohol del bueno porque sí, sino porque creo firmemente que hay que celebrar cada pequeña victoria. Y tratándose de brindar para celebrar, no me negaréis que el champagne es lo más estupendo.

Hace bastante tiempo (dioses, empezamos a ser ya viejos amigos no?) os comentaba algunos de los errores más sonados del principio de La Condesa. Creedme si os digo que sigo comentiendo errores, oh sí! y los que trabajan conmigo también, vaya que sí! pero como no estamos en Gattaca resulta que son inevitables así que he aprendido a tomármelos con muuuuuucha más tranquilidad. ¿A qué nos lleva esto? A que los días en que no ha salido algo estrepitosamente mal merece la pena brindar para celebrarlo.

Brindar porque seguimos en pie después de dos años y medio de empresa formal y casi cuatro de costurera informal. Brindar porque este mes hemos pagado los alquileres a tiempo. Brindar porque resulta que tenemos feeling con otras culturas y gustamos en Dubai y Casablanca. Brindar porque la niña es feliz tirándose de los toboganes. Brindar porque llevo dos fines de semana seguidos sin trabajar. Brindar porque ha llegado uno de mis emails favoritos que empieza por "Aviso de transferencia". Brindar porque nos seguimos abrazando para rompernos las costillas de amor.

Hay muchos motivos por los que brindar, a veces hasta a mi misma se me olvidan, por eso es bueno tener algo con qué brindar a mano en la nevera que te lo recuerde.

lunes, 1 de abril de 2013

Hello Sunshine, hello nueva colección



He dormido tanto y he descansado tanto en estos días de Semana Santa que me siento una nueva mujer. Veo los amaneceres de otra manera y me siento con fuerzas de llegar hasta el verano. Ahora es cuando me doy cuenta de a qué niveles de cansancio extremo había llegado. ¡Ay madre! Qué bonito mundo éste de tener tu propia empresa de moda pero qué agotador a veces enlazar un fin de semana tras otro trabajando.

Ahora sí, a pesar de la tortura del cambio horario, empezamos a vislumbrar el buen tiempo y con él LA NUEVA COLECCIÓN! Yujuuu!! Aquí tenéis un pequeño adelanto de éste tres piezas en rosa palo con vivos plata y top de tul bordado.

¿Qué os parece que hayamos empezado a expandir el universo creativo más allá de las chaquetas? Muchos me habéis pedido pantalones o faldas con las que combinarlas y, como siempre, vuestros deseos son órdenes para esta aristócrata del pueblo (definitivamente dormir tanto me ha trastornado).

Miles de abrazos