
Esta chica simpatiquisima es una prueba de que los tatuajes a veces,
pocas, se pueden llevar con buen gusto.
La adoro, las sandalias, la falda, las gafas, ella y
su rollo moderno sin pretensiones me encantaron. Porque si, queridos europeos, se puede ser moderno y agradable a la vez. Parece imposible pero no, no hay por que fumar como descosidos, ir sucios ni llevar cara de torturados. La ciudad, la moda y la vida en general es para disfrutarla.