Me pasé los primeros años de mi infancia jugando con coches, no intentéis buscar explicaciones freudianas y culpad a mis hermanos directamente, quizá por eso recuerdo perfectamente el día que fuimos a comprarme mi primera muñeca, una Barbie. Yo quería una Barbie normal, donde estábamos no existía la Nancy así que era implanteable otra alternativa, pero cuando llegamos a la hilera de la juguetería una pregunta cambió mi vida para siempre:
-Hermana: ¿Y no prefieres la Barbie Crystal?
-La Condesa: ¿Cuál es esa?
-Hermana: Una que tiene un vestido especial…esa de ahí….
-La Condesa: P-O-R-T-O-D-O-S-L-O-S-D-I-O-S-E-S....¿Eso que brilla, qué digo, refulge sin cesar es un vestido? ¿Esa estola que condensa una trillón de colores forma parte de la muñeca? ¿Esos pendientes y anillo a juego con los zapatos son reales y existen ahora mismo más allá de mi imaginación?
Se vino a casa. Mi madre fue riñendo a mi hermana todo el camino porque por supuesto la Barbie Crystal costaba el triple que las normales, pero por dioses que valía la pena. Nunca me planteé si la Barbie era un buen o mal ejemplo para mi, porque me daba igual que fuera rubia, tetona y larguirucha, a mi lo que me encantaba era la ropa que tenía y la colección de complementos que la acompañaba. Buah! Tiempo después tuve una Nancy y sólo recuerdo de ella que daba vueltas y cantaba una canción como si estuviera poseída, bueno y un vestido de gitana muy bonito que tenía. Sin embargo de las dos Barbies que tuve en mi infancia recuerdo hasta el último de los vestidos que tuvieron y los que además cosimos especialmente para ellas, incluidos los de la Virgen María y San José con los que formaron parte del Belén más trasgresor jamás visto ni en película de Almodóvar.
Zapatos de Bruno Frisoni edición especial Barbie
Así que ahora que cumple 50 años la felicito. Felicidades Barbie. No hagas caso a la gente que trata de demonizarte, qué pesados, que vayan a por las Bratz que tienen una pinta de golfas muertas de hambre de mucho cuidado, tú por lo menos siempre has tenido clase. Y nos has enseñado que la vida tiene muchas salidas profesionales, no sólo ser poligonera como sugieren tus competidoras barriobajeras, sino que podemos ser médicas, abogadas, veterinarias, banqueras y lo que queramos subidas a unos tacones fabulosos e incorporando algún toque rosa que deje claro que no nos avergonzamos de nuestra feminidad.
Con todo esto en tu bagaje…¿qué demonios es lo que les ha dado por hacer en tu honor a los de Colette? ¿En qué estaban pensando cuando te mandaron a la misma peluquera que a mi y te vistieron como si trabajaras de cajera en el Día?
Perdonad los múltiples reflejos de la fotos pero las tuve que tomar rápido o los de Colette me mataban
Más aún…¿qué tipo de maromo con cara de alelao y pelucón estratosférico te han querido colocar de acompañante?
"Everyone needs a Ken"...si es como este mejor sola, de verdad
Por si fuera poco, nuestro querido Karl Lagerfeld decide agasajarte con un vestuario especial y una sesión de fotos junto a un Ken ideal y ¿qué es lo que hace?
Te viste de cincuentona adinerada y te planta un pedazo de julandrón al lado que claramente está contigo para sacarte los cuartos y luego gastárselos con otro en Sitges. Por muy musculoso que esté, no es buena señal que tu acompañente tenga menos pelos en las piernas y lleve un short más corto que el tuyo. Estoy francamente indignada, ahora sí que eres un mal ejemplo
Barbie siempre ha sabido adaptarse a los tiempos a su manera, pero si estamos por modernizarla a marcha forzada propongo la siguiente versión:
THE ULTIMATE BARBIE 2.0 TO THE POWER
(música recomendada)
Eah! Barbie ahora se llama Rose, Amber Rose. Ha dejado la dieta, se ha rapado el pelo y las Marteens son sus nuevas aliadas.
AND HER ULTIMATE KANYE 2.0 TO THE NEXT LIMIT
(música recomendada)
Y por supuesto su novio de ahora se llama Kanye, no Ken, y es millonario, malote y comparte etnia con Obama
PD: comentario tontorrón, esta chaqueta que lleva Kanye West en la foto que después les hizo Sarto (ver link) se la compró en Colette sin hacer cola ni mirar la etiqueta, qué gozada. Los zapatos de ella no, eso en Colette no lo tienen.