miércoles, 17 de abril de 2013

Si tienes un flequillo, tienes un problema


El momento en el que te encuentras frente al espejo del cuarto de baño y decides que vas a cortarte el flequillo tú misma es uno de esos momentos dramáticos que inexplicablemente se repiten de forma periódica en la vida de casi toda mujer (aquellas que vivís sin visera peluda…os envidio). Imagino que debe ser comparable al momento en el que decides tener otro hijo, “el velo de la virgen”, como lo llaman en Venezuela, cae sobre tu memoria y ya no te acuerdas de las noches en vela ni de los dolores de espalda, lo piensas y llegas a la conclusión de que “tampoco fue para tanto” y antes de que te des cuenta, zas, te has hecho OTRA VEZ un trasquilón de dos dedos por encima de la frente que te hacen rodar dos lágrimas amargas de rabia. Pues eso hice yo ayer, lo del flequillo, claro, lo del hijo déjate.


Las fotos no tienen nada que ver con el texto, no tenía con qué ilustralo y he preferido decorarlo con imágenes captadas por las calles de San Francisco
Me envalentoné, me crecí y a punto estuve hasta de hacerlo con las tijeras de cortar tela, con las que 
os aseguro se podría hasta deshollinar un becerro. Por suerte, en el último momento pudo conmigo la pulcritud de no consentir que esas tijeras corten NADA que no sea tela y cogí unas más pequeñas, menos mal, si no ahora mismo podría estar emitiendo el mismo sonido que Darth Vader al respirar a través de mi flamante tercer orificio nasal. El caso es que me corté el flequillo y obviamente y como ya sabía de antemano, pero por algún motivo prefería olvidar, me ha quedado fatal; así que tendré que ir a la peluquería y ahí amigos es donde me entran las dudas existenciales.

Hace cuatro cortes de pelo encontré la peluquería de mi vida, el sitio es cutre a morir y, cuando digo cutre, no me refiero a que te lave el pelo una ayudante que parece salida de Mordor Shore (esas son legión), me refiero a que, mientras estás sentada en manos de semejante, te llegan los efluvios de una papelera para todo que hay cerca donde se mezcla amoníamo, con ceniza, con algo en descomposición, por lo que tienes aguantar la respiración hasta que te pasan a la silla. ¿Y por qué voy? Porque la primera vez que entré por casualidad me hizo EL corte de pelo de mi vida, me leyó la mente, entró en mi cerebro, leyó mis debilidades, proyectó mis sueños en sus manos y salí de allí pareciendo Freja Beha después de un día de yatching en Turk and Caicos. Con esa premisa las siguientes veces fui golpeándome el trasero con los talones de felicidad en el camino pensando en mi inminente transformación propia de “Tu cara me suena”, pero no fue igual, parecido, sí, igual no. Y no sé qué hacer, si volver y darle otra oportunidad más o buscarme un novio nuevo.

Mantel con ojos, San Francisco
 Como al final de toda relación, si le dejo creo que va a ser porque el problema lo tengo yo, no él, no sé qué hacerme en el pelo, nena. Siento una profunda tentación de hacerme un Natalie V de Vendetta Portman pero tengo un bulto en la pared occipital que me hace temer que voy a acabar pareciendo más bien una Britney American Psycho Spears. ¿Me hago un corte bien corto y a la mierda hombre ya con tanta tontería? En tal caso, ¿pruebo con mi ex de Mordor o busco un nuevo chico hipster? ¿Cuántas oportunidades de meter la pata le dais a vuestro peluquero hasta que lo cambiáis por otro? ¿Debo dejar de ser tan fan de las peluquerías cutres e invertir en una pro? ¿Merece la pena o el resultado al final es el mismo? Qué digo, para qué pregunto, lo mismo, ya os lo digo yo, que cuando acabé la carrera fui a la peluquería más pro de Madrid buscando con Carrie Bradshaw hairdo y salí clavada a Karmele Marchante. Eso ya os lo había contado, se me olvidan las cosas, por eso me corto el flequillo yo sola.

10 comentarios:

  1. Tremendo... Me ha encantado tu post! Eres una crack Marina, me identifico tanto contigo cuando te leo... Personalmente, opino q deberías volver a la cutrepelu, porque si, porque la belleza esta en el interior (Bella y Bestia son) y porque en el fondo nos va la caña, la adrenalina, el triunfo tras la derrota... Y por cierto, SI en mayúscula a un corte de pelo corto, pero cortito-cortito, con la cara tan bonita que tienes seguro que te queda fenomenal. Un besazo.

    ResponderEliminar
  2. Jajaja!! No paro de reír de como lo cuentas!! Jajaja
    Yo es que no sé como te sientes porque soy fiel a mi peluquera desde que tengo uso de razón! Y no la cambio por nada del mundo mundial!! Te la prestaba pero te queda algo lejos...

    ResponderEliminar
  3. Tengo exactamente el mismo problema que tú, no consigo dar con la peluquería de mi vida. Por eso ahora llevo una melena un tanto pantojil y el color me lo hago en casa. ¿Que si está bien? Como no me veo la coronilla, ni idea... (y lo que salva un roete).
    Por lo que veo, estarías dispuesta hasta a cortarte el pelo corto. Pero corto, corto. Pues creo que te quedaría genial.
    ¿Has visto cómo lo lleva Robin Wright en la nueva miniserie House of Cards? Me EN-CAN-TA. Tanto que hasta me dan ganas de cortármelo así. Y además demuestra que el pelo corto puede llevarse de muchas formas, porque casi en cada escena lo lleva peinado de una manera diferente, y a cual más chic.
    En fin, ya nos contarás qué decides...
    Espero haberte dado alguna idea!!!

    ResponderEliminar
  4. ajjajaaj me he sentido totalmente identificada. En cualquier caso, hasta que no vea una foto en instagram del fatídico corte,no creeré que ha sido para tanto. Por último, repite peluquería cutre! Un saludo desde las marbellas!!! María Luisa.

    ResponderEliminar
  5. te entiendooooo te entiendooooo
    tu tranquilaaaaa ves a la pelu cutreeeeee, allí te leyeron la mente, no? pues que lo vuelvan a hacer.
    Como vayas a una nueva, por muy hipster que sea y te hagan un descalabro... te vas a arrepentir!!
    Ah! Y deja ya las tijeras... tu corta telas... deja el pelo para otras personas... ajajaj

    ResponderEliminar
  6. Jajajajaja que bueno! Yo no se por que somos tan complicadas . Mi marido lleva casi 15 años con el mismo sitio !
    Yo voto por pelu cutre. En mi caso, le si dos oportunidades a la señorita morlote , en la primera el resultado fue aceptable pero la segunda vez me dejaron esperando casi una hora, nada de disculpe usted . llegue a la conclusion que todo el personal estaba conformado por jet setters haciendo prácticas .
    Así qué ahora pelu cutre forever!

    ResponderEliminar
  7. Jajajajajaja eres unica Marina de verdad que risas. Creo que muchas tenemos ese problema o en mi caso ya en pasado (afortunadamente).

    Eso si, me cuesta ir a Bilbao desde Madrid a cortarlo pero oye, viajo, se come bien y encima vengo encantada de la vida con mi pelo (incluso con flequillo del ultimo viaje)

    Si te apetece visitar Bilbao, te doy la direccion ;)

    Y sino, dejate llevar por la intucion.

    Besitos

    ResponderEliminar
  8. Yo tengo el mismo problema, nomás no encuentro un salón donde me dejen bien el cabello, ya no digamos el fleco que he tenido que vivir los dos meses pasados con pasadores sobre pasadores para poder ver algo entre la mata de pelo que me dejaron sobre los ojos.

    Suerte en tu expedición.

    ResponderEliminar
  9. Yo le daría un "last dance" con el cutrepeluquero. A mi me corta el pelo la misma peluquera desde que nací, el día que se jubile, me va a dar un tabardillazo..

    ¡¡Ánimo, ya nos contarás qué tal ha salido!!

    ¡Besos!

    ResponderEliminar
  10. Buenísimo jajaja
    Si te sirvo de algo yo he sido capaz, por tres veces consecutivas, de cortarme el pelo yo sola. Es lo que tu dices del "velo de la novia" mezclado con que somos unas inconscientes.

    Yo volvería a la misma cutre-pelu a ver si te hacen un acierto de "dos de tres" que ya es más de lo que se puede decir de otras pelus.

    Hagas lo que hagas, por favor cuéntanoslo. ¡Suerte!

    ResponderEliminar

Te cedo la palabra