Acabo de regresar de pasar una semana en Nueva York, la primera vez que viajaba a la ciudad por negocios en lugar de puro placer (¿quién dijo que hacer negocios no era placentero?) y ciertamente la experiencia cambia. Me ha impresionado la mentalidad tan dispuesta y rápida que tienen los que habitan la ciudad para atender un tema profesional, son rápidos, eficaces, van al grano, no te lían con palabrerías, son claros y con mentalidad de ganadores. Esa mentalidad por la cual te ayudan inicialmente de forma desinteresada para que te vaya bien, sabedores de que, si finalmente así es, el que te vaya bien acabará repercutiendo de una forma u otra en su propio beneficio. "Si a ti te va bien a mi me irá bien, por lo tanto, deseo que te vaya bien. Con tu éxito todos ganamos". Eso, a los que vivimos y trabajamos en España...nos suena utópico, ¿verdad? Me atrevería a decir que en nuestro país se piensa de forma opuesta.
Si quieres sacarle partido a los días en Nueva York sólo tienes que enchufarte al ritmo que viven sus habitantes y entonces descubrirás, exhausta, que los días sí pueden llegar a tener más de 24 horas.
-Estuve en la New York Fashion Week: que en su mayoría transcurre en una carpa bien acondicionada en el Lincoln Centre, lo cual me hizo recordar tiernamente nuestro Cibeles.
Aquí el interior de la carpa con Olivia Palermo sentada en primer plano |
Aquí el interior del desfile de Hervé Leger, donde quedé impactada, en parte por lo bonito de las prendas y en mucha mayor parte, por el ancho de espalda de los guardaespaldas de Niki Minaj. |
Los desfiles más interesantes sin embargo ocurren fuera del recinto oficial, como éste de Donna Karan, en mitad de Chelsea |
-Fuimos captados por los fotógrafos de streetstyle: que me enseñaron que mirar el móvil o cobijarte junto a tu pareja son buenas formas de mejorar tu fotogenia
-Tuve reuniones de trabajo en lugares míticos: cuando me convocaron en el 405 de Lexington Avenue no sabía que iba a tener la oportunidad de entrar en las entrañas del edificio más bonito del skyline de Nueva York, el Christler Building.
Claro que no menos impresionada me dejó descubrir que unas estupendas y rehabilitadas oficinas de co-working habían sido antaño el hogar neoyorkino nada menos que de Alice Cooper.
Ahora entiendo que se pintara las ojeras de negro, con esa cantidad de luz entrando por todo tu ático debe ser imposible conciliar el sueño. |
-Aluciné con la ambientación de las tiendas: no hay nada que decir, son los reyes del marketing, nadie como ellos para hacer la experiencia de consumo similar a estar en el set de una película.
J.Crew entra en competencia con Ralph Lauren en el arte de ambientar las tiendas de caballero con The Liquor Store |
-En definitiva, disfruté de la ciudad más excitante del mundo: poco antes de entrar en el Wythe Hotel me quedé sin batería así que lamento no poder enseñaros fotos de una de las vistas más espectaculares de la ciudad, sobre todo cuando se enciende al anochecer, sin embargo, ésta desde Brooklyn Heights tampoco está mal.
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